domingo, 31 de marzo de 2013

Capítulo siete: Fairytopia.

Mi madre cerró mi portátil para cogerme, tras ello, por la oreja y arrastrarme hasta mi habitación. Una mirada preocupada se cruzó con la mía, era la mujer que me dio la vida... Sabía que algo iba mal, y no era por las pintadas de mi pared, que al parecer, estaban escritas con sangre, dónde se podía leer claramente: "Gilipollas, vas a morir".
La ropa se amontonaba sobre una maleta de viaje. Un viaje sin destino. 
-No estás a salvo, cariño -me dijo madre-. Tengo la impresión de que algo malo va a pasar aquí, en Málaga, y quiero protegerte. 
-Mamá, ¿qué te has fumado?
-María, pero no es importante. El caso es que voy a dar mi vida por la tuya, la cual parí con mucho dolor. 
No repliqué, ya que cuando mamá recita al gran poeta Lorca, el mundo se detiene a sus pies. 
Y tras aquellas palabras tan sabias, me embarqué, por decisión de mi madre en un viaje muy largo que cambiaría mi vida. Tanto como el invento de los "xd". Pero eso no es ahora más que un lejano recuerdo.

En la actualidad...

Este vuelo ha sido una gran mierda. Eso me pasa por buscar vuelos baratos con Ryanair. Lo peor de todo ha sido la pista de aterrizaje, ¡un campo tirao' en medio la na'! Ofú. Encima el piloto me dijo que yo no tenía un pelo bonito. Y mira que se lo volví a preguntar un montón de veces más, pero su respuesta nunca me resultó satisfactoria. A lo mejor en esta parte tan lejana del mundo se llevan los feos. 
Un cartel se hallaba frente a mi, indicándome (o al menos intentándolo) la dirección que tenía que tomar. Hablando de tomar, ¿créeis que si voy a Panem comeré muchos panes? Es que suena a pan.  Bueno, ahora a lo mío, tantas letras juntas con tantas direcciones me recordaban a One Direction. ¿Qué habrá sido de ellos? ¿Estarán muertos? El viaje ha durado tanto tiempo que no sé si la gente de mi tierra sigue viva...
Volví a fijarme en los tan dispares lugares a los que podía dirigirme. Decidido pues, a tomar Fairytopia, y tomando ya la dirección que señalaba, mis ojos se posan en algo que me evoca recuerdos. Distrito doce. Recuerdo la postal en la casa de Marcos que le había enviado la madre, y sin ninguna duda esa era la dirección que en el papel figuraba como lugar de residencia. No me lo puedo creer, tan sólo tengo que seguir esta dirección para reencontrarme con esas tetazas.
Camino durante horas, hasta que consigo atisbar los primeros indicios de civilización, unas pequeñas casas blancas y los enanitos de blancanieves cantando. Aunque no tengo reloj, intuyo que es la hora de comer, y como no quiero irrumpir sus almuerzos, decido tomar un camino más largo rodeando el pueblo. Me introduzco en unos verdes bosques que me hacen recordar a mi película favorita, Crepúsculo. Y pienso que ojalá esté allí el sexy de Charlie. Pero hace tiempo que admití que nunca voy a poder conocerle. Estoy yo pensando en esas cosas cuando de repente siento un agudo dolor en la pantorrilla. ¿QUIÉN MIERDA UTILIZA FLECHAS EN ESTOS TIEMPOS? Y MÁS GRAVE AÚN, ¿PARA LANZÁRSELAS A UN BELLEZÓN?
Dos ágiles sombras se me acercan y me miran extraño, como si revolcarme por el suelo y sollozar en esos momentos fuera extraño. Veo que son humanos y lo confirmo cuando dicen en mi lengua:
-Ya tenemos la comida de hoy, Gale.
-¿SOIS CANÍBALES? Que asco. -Pregunto yo.
Porque no hay cosa más asquerosa desde mi punto de vista que el canibalismo. Bien podrían haberme disparado la flecha para capturarme y luego prostituirme, seguro que así les saldría más rentable. Tengo experiencia en ello.
Los dos humanos se miran y encojen los hombros.
-Ah, ¿qué eres humano? Con ese pelo te habíamos confundido con un conejo enorme.
¿Con un conejo? ¿UN CONEJO? ¿YO? Si yo fuera un animal, claramente sería un perezoso seductor. Recuerdo al piloto de esta mañana, y confirmo mi teoría de que aquí la gente tiene el gusto muy malo... Aunque la chica estaba buena. Tal vez me la cortejaba.

jueves, 28 de febrero de 2013

Capítulo seis: Tu historia con Carlos Dómenech.

Para que la historia sea comprensible, debéis saber que (tn) es equivalente a Tu Nombre; (ta), Tu Amiga; (tm), tu madre; y (tas), Tu Abuela Secsi. Muchas gracias.

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Te despertaste con los rayos de sol que entraban a través de las rejillas de tu ventana. El contraste de la luz con tus cortinas de un color ocre rosado hacían parecer que tus sábanas te bañaban en un mar de dulces olas rosas. Así que optaste por levantarte y vestirte así: http://www.polyvore.com/cgi/set?id=73882204&.locale=es . Te miraste al espejo y sonreíste. Sí, sin duda hoy iba a ser un gran día.
Bajaste las escaleras de forma altiva y regia, para más tarde sentarte en la cómoda silla de la cocina. Te comiste unas tortitas recién hechas bañadas en chocolate, y no te importó las grandes calorías que aportaban, porque tenías un cuerpo diez y estabas tóh güena. Ah, sí. Y todo eso de la personalidad bonita. Tu hermanastro, salió de su cuarto, y no dudó en sonreírte. Dios, era taaaaaaaaaaan guapo. Sus ojos de color azul mar te miraron de arriba a abajo, y luego de abajo a arriba... De izquierda a derecha y de derecha al techo.
(tn): ¡Hola, Carlos! *Dijiste con entusiasmo, ese jersey de Digimon le quedaba taaaaaan bien*
Carlos: Hola, (tn). ¿Hoy no se ha quedado (ta) a dormir?
Oh, si, casi se me olvida. Está locamente enamorado del culo de (ta), dice que le recuerda al de dicha jovenzuela traficacapuchonesdebolis. Nunca lo he entendido, porque cada vez que habla, sus hermosos ojos eclipsan su dulce voz de tenor.
(tn): No, está ocupada persiguiendo a su gato, Marcos.
Carlos: Recuerdo cuando le puso ese nombre, fue porque Marcos le profanó el culito a su gato con una esponja del baño. *Se ríe suavemente y la papada le retumba*
(tn): Hoy tienes el pelo muy bonito... Ups. *Susurré tras haber hecho aquella confesión tan poco profesional*
Él rió y se lo peinó con los dedos de los pies, tras susurrar un gracias amablemente. Su hermosa figura varonil se desplazó con agilidad hacia nuestra cocina.
Un gran ruido indicó que Marcos y (ta) estaban en la puerta, peleando como siempre.
(ta): Que guapo eres...
Marcos: ¡Tú eres más guapa!
(ta): ¡NO, TÚ! *Y se lanzó a su cuello, para ahorcarlo mientras le besaba el interior de la nariz*
Reí suavemente al abrir la puerta y (ta) se quedó mirando mi ropa.
(ta): Siempre he envidiado como te vistes, que estilazo.
Sabías que ella envidiaba tu gran conocimiento sobre la moda, porque lo que a ti tanto te sobraba, a ella le escaseaba de una manera alarmante. Sólo de pensar que había combinado el blanco con el negro, ugh, se te revuelven las tripas.
Carlos: Venga, tenemos que ir al instituto. Hoy siéntate al lado mía, (tn).
OH DIOS, TE HA DICHO QUE TE SIENTES AL LADO SUYA. EL SUEÑO DE TU VIDA.
Estabas flipando en colores, tanto que ni si quiera te diste cuenta que estábais ya en el coche de Carlos, el cual en España no es legal conducir porque es menor de edad... Pero eso es otra historia. (Además, tú quieres que esta historia sea en New York porque queda chachi, pero como Carlos en realidad es mio, os jodéis todas). Y de tanto en tanto, Friday comenzó a sonar en la radio de aquel coche hermoso, que es este: http://farm4.staticflickr.com/3309/3488532678_a5eb51122f.jpg . Todos cantábais aquel single tan conocido entre los adolescentes entre 5 y 58 años. (ta) bailaba como una stripper en la parte de atrás del coche mientras Marcos lamía a Marcos (el segundo Marcos es el gato). Llegásteis al instituto derrochando 'suag' como decían Carlos y Marcos. Carlos aspiraba a cantante, como Justin Bieber. Un tal Escuter Braun llamó a Carlos diciendo que le encantaba como utilizaba su hermosa voz y que le llevaría lejos.
Coraline, la ex de Carlos, te miró como si fuera superior a ti al bajar del coche... Dios como la odiabas, a ella y a su acosadora, Marina.
Carlos en la escuela era como el chico imposible, y que nunca saldría con una chica como tú... Pero como sois hermanastros y nadie lo sabe en la escuela, tienes más posibilidades que las demás. Él era el mujeriego y tú la nerd. (ESTO ES TOTALMENTE ORIGINAL, ¿VALE? VALE)
Las clases pasaron rápidas en compañía de Carlos, te hacía taaaaaaaanto reír. Luego terminó el instituto, y tú estabas agotada... ¡Tantos deberes por hacer!
En casa, descubristeis la nota de (tm) y el padre de Carlos diciendo que se habían ido de viaje... Lógicamente, les hacía falta, nesesitaban secso. Y eso, obligaste a Carlos a haceros la cena a los cuatro, ya que Marcos y (ta) siempre se acoplaban.
El día siguiente, sábado, acordasteis hacer una fiesta, aprovechando que vuestros padres se habían ido. Sabías que era la ocasión perfecta para que Carlos y os besárais por primera vez. Estabas nerviosa, tenías que prepararlo todo al pie de la letra. Te fuiste a dormir temprano, y soñaste con tu triste pasado, aún un tanto reciente, cuando os robaron a ti y a tu familia todo el dinero y mataron a tu padre. Suerte que (tm) se casó con el papá rico de Carlos. Suerte en todos los sentidos, porque ¡Carlos estaba súper bueno! Y en eso fue lo último en lo que pensaste antes de que tus párpados, cansados, se cerraron. Y dormiste, cual cachorrito de vaca gorda en el campo.
Llegó el tiempo de arreglarse para la fiesta, tú y (ta) estabais en tu habitación.
(ta): Creo que es mi noche... *Susurró creyendo que yo no la escuchaba*
(tn): Hey, ¡estás re loca! (En toda novela hace falta un toque latino) Para ti Marcos, para mi Carlos. Ese fue el trato, cual te pasaste por el forro en la última fiesta, ¡te tiraste a Carlos!
(ta): ¡IBA BORRACHAAAAAA! *Rió cogiendo la almohada y golpeándote suavemente con ella*
(tn): ¡ESA NO ES EXCUSA, (TA)! *Y reísteis juntas mientras dabais pie a una pelea a muerte de almohadas*
                              ---------VARIAS HORAS DESPUÉS--------
3 am.

Llevabas la misma ropa que el día anterior, eras tan maravillosa que daba igual si repetías modelito para colegio que para fiestas. Miraste hacia el frente, con el cuerpo sudoroso de bailar y tus ojos color avellana se encontraron con la mirada azulada de Carlos. Te sonrió y te hizo un guiño con su perfecto ojo izquierdo y derecho, porque no sabía guiñar. Aún así, supiste que era el momento. Se giró, haciendo que Marina su acosadora cayera del techo para sacarle unas cuantas fotos. Pero tú pasaste de ello porque sabías que al fin vuestro amor iba a ser consumado. Entró en una habitación y cerró la puerta tras él. Sabías que tenías que entrar, así que arreglaste tu hortera camiseta, porque ya no sabías que había sido de tu glamurosa falda y tras esperar unos veinte segundos, entraste en la habitación. Entonces viste a Carlos vestido de unicornio morado y poseyendo salvajemente a (tm) y a (tas).


FIN.

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Nota del autor, Ana Dómenechator: En el próximo capítulo, se contará la historia de tu amiga o (ta) con Marcos.

Capítulo cinco: Gran lentej(a)uela.

A las personas les llega el momento en el que deciden que hacer con su vida, hacia dónde orientarla, que empezar a hacer. Un momento, en el que se te pasa por delante todo lo que has vivido, y deseas saber todo lo que te queda por vivir. Mezclas de tristeza, felicidad, risas, sueños olvidados y sueños cumplidos, pasan por tu cabeza convirtiéndola en un cuadro multicolor, de el que intentas sacar algún significado. Piensas en lo que te gusta, en lo que quieres hacer, en lo que haces... A todos nos llega el momento...
Suerte que a mi todavía no. 
Así que como otro día cualquiera, lo único que pasaba por mi mente, era que pasarían en los siguientes capítulos de mis series favoritas. Marcos, a mi lado, seguro que estaba planear como dominar el mundo. Que yo sé que Marcos, tras esa cara de niño bueno (y feo), esconde un alma destructiva y enferma que lo único que desea es hacerse con el control total del universo. Pero yo analizaremos psicológicamente a Marcos en otro momento. Porque lo que tengo que contaros hoy es importante.
Salí de mi casa a eso a las ocho de la mañana, rumbo al instituto. Imaginaba que hoy no sería el día en el que estuviera derruido para que los extraterrestres nos retaran a un partido de fútbol, pero una parte de mi, pequeña, pensaba que nada era imposible. Mi chasco no fue demasiado grande al ver que no pasaba. Unas simples maldiciones y gritos lanzados al cielo únicamente. Tras encontrarme con Marcos, subí a mi clase, aquella aula infernal dónde los profesores intentan meterme algo en la cabeza. Ellos dicen que soy imbécil, y que por eso no me entra nada, pero yo sé que es porque soy demasiado inteligente, y mi cabeza rebosa de inteligencia hasta los límites, de manera que sólo me arriesgo a aprender lo que creo que puede serme de utilidad.
Tras horas y horas que parecían no tener un fin concreto, sonó la campana... Indicando aquellos treinta minutos de tortuoso proceso donde te exponías a los rayos gamma solares y brillar como una gran lentejuela... En el caso de Edward Cullen, soy gran fan de la saga, por cierto. No, en realidad me expongo a que miles de pares de ojos femeninos, felinos me miren (como si fuera carne recién echa del Horno de Paquito).
- ¡Carli! -una voz femenina llamaba la atención sobre las demás.
- Eh... ¿Mamá? ¿No estabas en el patíbulo?
Una mirada envenenada atravesó la cuenca de mis hermosos ojos, era de mi madre.
- ¿No acordamos no hablar de lo que hago en mi tiempo libre? Eres un niño malcriado. -susurró agarrándome del brazo, sin echar en cuenta la mirada confusa de Marcos.
La conserje, cuya belleza es incalculable para sus ochenta años de edad, sacó un folio con instrucciones claras de como sacar a un menor de un centro de reclusos. Mi madre sonrió amablemente, pero por dentro envidiaba esos pechos tan firmes de la conserje María Dolores. Una firma amorfa y en poco tiempo salía por las puertas de aquella cárcel con comida a altos precios.
Ya en casa, decidí meterme en el blog de mi escritora favorita: Ana Dómenechator. (Sí, tengo fans). Pero para seguir continuando mi historia, creo que primero deberíais saber vuestra historia. Sí, vuestra historia conmigo, Carlos Dómenech.